Rafael Olalde, secretario del Colegio de Médicos de Vizcaya, ha cuestionado que la independencia proteja de las presiones de las juntas de gobierno o que preserve del secreto de los conflictos



9 sept. 2013 9:56H
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Redacción. Zaragoza
Un asunto polémico, como reconocía Rogelio Altisent, director del Curso de Bioética al presentar la mesa. En el trasfondo del debate, avanzaba Altisent,  las opiniones que abogan por una mayor independencia de las Comisiones Deontológicas de las Juntas Directivas de los Colegios Profesionales. Y en la mesa, tres expertos en la materia, curiosamente los tres pertenecientes al Colegio de Médicos de Vizcaya: Jacinto Bátiz, Presidente de la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Vizcaya, Fabián Goitia, Vocal de la Comisión de Deontología, y Rafael Olalde, Secretario del Colegio.

Jacinto Bátiz, Rafael Olalde y Fabián Goitia, integrantes de la mesa debate sobre el presente y futuro de las Comisiones de Deontología.

¿Es el futuro la independencia de las Comisiones de Deontología?
No se sabe, pero esta es la hipótesis que propugna Fabián Goitia, quien señala que “indudablemente el marco legislativo condiciona, pero hay que lanzar la idea”. La propuesta de este vocal de la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Vizcaya es clara: “separar las Comisiones de Deontología de las Juntas de Gobierno y que las decisiones de la Comisión sean vinculantes para la Junta”.

El órdago ya estaba sobre la mesa, y también sobre el futuro de las Comisiones de Deontología habló el secretario del Colegio de Médicos de Vizcaya, Rafael Olalde. En su opinión, al hablar del  futuro se puede hablar de “posibles” e hizo referencia al artículo 44.3 del anteproyecto de ley aprobado el 3 de agosto sobre Colegios Profesionales para indicar que “si lo que aparece en ese texto es una Comisión de Deontología, no me quedan más que dudas”.

También, sobre el futuro, habló de “inciertos” para referirse a deseos y sueños. Aquí lanzó tres hipótesis: una Comisión de Deontología profesionalizada en bioética, el modelo tinerfeño con sus peculiaridades y una Comisión independiente, elegida democráticamente. Claro que, en referencia  a esta última hipótesis, Olalde se hizo esta pregunta “¿Por qué lo llaman independencia cuando lo que se quiere es poder?”.

Asimismo, planteó otros interrogantes que, a su juicio, esta hipótesis de futuro independiente suscita. Por ejemplo, si realmente son tan habituales las interferencias entre juntas directivas y comisiones de deontología, si no se confunde interferencia con discrepancia, o si serán más eficaces. También hizo referencia crítica a los objetivos que propugnan los defensores de una Comisión de Deontología independiente cuando hablan de garantizar la ecuanimidad, potenciar el prestigio o alejarse del corporativismo. En este sentido respondió Rafel Olalde: “¿Es que hoy no son ecuánimes las Comisiones de Deontología?”, y subrayo que “el prestigio te lo dan” y que “no es nada ético hablar de corporativismo”.
Asimismo, Olalde cuestionó que la independencia proteja de las presiones de las Juntas de Gobierno o que preserve del secreto de los conflictos. Finalmente, y sobre el proceso electoral que supondría la independencia de las Comisiones de Deontología, Olalde señaló  que “habría que marcar unos requisitos para ser elegible, que se necesitaría un programa y una campaña, que habría confrontación de candidaturas y también conflicto de interés”.

Los retos del presente de las Comisiones de Deontología
Entre los retos del presente de las Comisiones de Deontología, el Secretario del Colegio de Médicos de Vizcaya hizo hincapié en la necesidad de “mimar la comunicación con las Juntas Directivas” y que en su labor de asesorar a las Juntas de Gobierno “sean ágiles y útiles”. También indicó que los MIR deben ser la diana de las Comisiones de Deontología, particularmente en cuanto a formación. Y que la Comisión de Deontología debe “crear doctrina, con una actitud proactiva, intuyendo situaciones de duda en el futuro y crear opinión”.

“¿Dónde estamos de todo lo que se espera de una Comisión de Deontología?” se preguntó, para lanzarse el siguiente reto: “alcanzar el 100 por cien de lo que se espera, ése es el futuro”. Y es que, previamente, el Presidente de la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Vizcaya, Jacinto Bátiz, había hablado de cómo contribuyen estas Comisiones a la responsabilidad social de los Colegios Profesionales.

Y había señalado que “estas comisiones justifican la propia existencia de los colegios de médicos ante la sociedad. No sería fácil justificar la existencia de los colegios sin la exigencia ética que representa el Código de Deontología y la presencia de las comisiones”. Bátiz se refirió a las funciones principales de las Comisiones de Deontología e incidió, particularmente, en la que se refiere a “colaborar en la formación de los colegiados en Ética y Deontología Médica, así como proponer dicha formación y los correspondientes programas”.

En este sentido habló de la iniciativa que están llevando a cabo en el Colegio de Médicos de Vizcaya al objeto de que los colegiados conozcan con detalle el contenido del Código de Deontología, a través de un formato docente denominado “Rondas de Deontología”. Jacinto Bátiz reconoció que “los médicos conocen menos de lo que se podría pensar su propio Código Deontológico”. Y con estas “Rondas” se pretende facilitar el aprendizaje, la comprensión y la puesta en práctica del Código para tenerlo interiorizado de tal forma que se pueda aplicar de una forma absolutamente natural.

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