El hallazgo se ha publicado en la revista ‘The Lancet’



23 ene. 2015 18:56H
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Redacción. Madrid
Un equipo de investigadores, entre ellos expertos de la Universidad Queen Mary de Londres, en Reino Unido, ha desarrollado un dispositivo que reduce de forma significativa la presión arterial entre pacientes que la tienen alta y no controlada en comparación con los tratados con los fármacos habituales, según se reseña en un artículo de The Lancet. El dispositivo, desarrollado por ROX Medical y llamado acoplador, consiste en un implante del tamaño de un clip de papel que se inserta entre la arteria y la vena en la parte superior del muslo, en un procedimiento que dura alrededor de 40 minutos bajo anestesia local.

Mel Lobo.

Los científicos llevaron a cabo un ensayo clínico aleatorizado y doble ciego con pacientes de varios centros europeos de excelencia en hipertensión, incluyendo la Clínica Barts de Presión Arterial en Barts en el Barts Health NHS Trust, en el este de Londres, todos ellos con presión arterial alta resistente y que no habían respondido a por lo menos tres tipos de tratamiento farmacológico.

El equipo comparó los efectos del acoplador frente al tratamiento médico habitual en 83 pacientes de los cuales 44 recibieron el acople da ROX. Los enfermos que recibieron el enganche experimentaron una reducción significativa y duradera de la presión arterial, además de que hubo un número reducido de complicaciones hipertensivas y hospitalizaciones por crisis de hipertensión.

El dispositivo también funcionó bien en los pacientes que no habían respondido a la denervación renal (otro nuevo enfoque para tratar la presión arterial alta), lo que sugiere que este enganche se dirige a diferentes mecanismos de control de la presión arterial. Sin embargo, los pacientes que no habían sido previamente tratados con denervación renal experimentaron el mismo nivel de reducción o más de la presión arterial. A diferencia de la denervación renal, este nuevo tratamiento basado en el dispositivo es totalmente reversible, inmediato y sin dolor.

“Es un concepto totalmente nuevo y muy prometedor en el tratamiento de la presión arterial alta. Los medicamentos existentes se centran en la regulación hormonal o neurológica de la presión arterial y los tratamientos más recientes, como la denervación renal, se centran únicamente en el sistema nervioso renal, mientras el acoplador se dirige efectivamente a los aspectos mecánicos de cómo funciona la circulación de la sangre, lo que es un enfoque totalmente nuevo para el control de presión arterial”, ha explicado Melvin Lobo, autor principal del estudio.

“El acoplador también destaca la importancia de la rigidez arterial como una de las principales causas de la hipertensión arterial resistente y se dirige a esta cuestión, de forma segura y con éxito. Una vez colocado el implante, los resultados son inmediatos, algo de nuevo único de este tratamiento”, ha subrayado este investigador de la Universidad Queen Mary de Londres.

Futura alternativa para la hipertensión arterial

Los resultados del estudio muestran que el tratamiento de la presión arterial con el acoplador puede dar tanto a los pacientes como a los médicos una opción alternativa para tratar la presión arterial alta en el futuro, especialmente cuando las terapias convencionales han fracasado. Sin embargo, el implante tenía un efecto secundario. Alrededor del 29 por ciento de los pacientes a los que se les puso desarrollaron inflamación de las piernas, lo que significaba que necesitaban otro procedimiento para hacer frente a este problema, por lo general un stent en la vena.

Lobo ha señalado que “la presión arterial alta es muy peligrosa y conduce a tratamiento hospitalario, accidente cerebrovascular, infarto de miocardio y enfermedad renal crónica Debemos encontrar mejores formas de tratar la presión arterial alta porque los medicamentos no funcionan para todo el mundo y el acoplador es un gran paso hacia adelante en nuestra búsqueda de un tratamiento alternativo”.

“Es demasiado pronto para comenzar a aplicar estos resultados a la práctica clínica habitual. Necesitamos más investigación para explorar los efectos a largo plazo del acoplador, entender mejor su seguridad y más sobre cómo funciona dentro del cuerpo”, concluyó.
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