Desde que me incorporé, en julio del año pasado, a la presidencia de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), mis principales retos profesionales han sido dos: que Enfermedades Infecciosas sea reconocida como especialidad y que Microbiología Clínica no se incluya dentro del tronco de laboratorio. Sin embargo, después de años de lucha, el Ministerio de Sanidad sigue sin contemplar en el Real Decreto (RD) de Troncalidad nuestras reivindicaciones y tenemos la sensación de que los políticos no han llegado a entender nuestras razones, o al menos ese es el sentir unánime de nuestros asociados. 

Es por ello que hemos decidido impugnar el RD de Troncalidad, si finalmente es aprobado por el Consejo de Ministros sin incorporar nuestras peticiones. En nuestro recurso pediremos la suspensión cautelar de la norma para que esta no se aplique hasta que no haya sentencia firme del caso. Confiamos en que el juez admita la suspensión cautelar ya que verá un perjuicio para el Sistema Nacional de Salud y para sus ciudadanos: sin la especialidad de Enfermedades Infecciosas y con una Microbiología troncal disminuirá la calidad asistencial y aumentarán los casos de enfermedades infecciosas.

La infectología moderna se ocupa de una serie de enfermedades que precisan de un abordaje muy especializado, por lo que la normativa europea recomienda una formación de al menos 4 años de duración. Ello es debido a que los facultativos deben formarse en el VIH/Sida y otras enfermedades de transmisión sexual, las infecciones hospitalarias, en pacientes trasplantados u otros tipos de inmunodepresión, las infecciones tropicales importadas y las infecciones graves en la comunidad.

El no reconocimiento de la especialidad de Infecciosas es una medida regresiva que deteriorará la atención especializada de nuestros pacientes, comportará una mayor mortalidad y gasto sanitario y nos situará a la cola de Europa, echando a perder el gran esfuerzo realizado durante los últimos 30 años, impidiendo al mismo tiempo la libre circulación de los profesionales en la Unión Europea. De hecho, existen numerosos estudios que demuestran que cuando los pacientes no son tratados por infectólogos se mueren más.

Es contradictorio que un partido que ha apoyado de forma manifiesta la creación de la especialidad mientras estaba en la oposición, incumpla en el poder lo prometido y en su lugar cree un área de capacitación (ACE en el RD) de un año de duración, una vez los facultativos hayan acabado otra especialidad (Medicina Interna, Neumología, Pediatría y Microbiología) que hayan ejercido como mínimo dos años, por lo que su formación será insuficiente y el producto final ineficiente.

De la misma forma que con la especialidad, hemos manifestado nuestro rechazo a la inclusión de Microbiología Clínica en el tronco denominado Laboratorio y Diagnóstico Clínico. Para los especialistas microbiólogos de la Seimc, la homogeneización de la formación troncal común implicará que los conocimientos y habilidades de los especialistas sean sustancialmente menores en relación con el modelo actual. Además, el área de conocimiento de Microbiología no posee competencias comunes ni transversales y tiene muy pocos puntos en común con el de las demás disciplinas que se han integrado en el tronco de Laboratorio y Diagnóstico Clínico: análisis, genética, inmunología y bioquímica.

Al descontento de los profesionales se une la indignación de las asociaciones de pacientes, afectadas por la decisión del Ministerio, ya que temen que la no existencia de la especialidad provoque que no haya un relevo generacional natural, dada la incertidumbre que genera entre los médicos más jóvenes esta situación.

Una vez más, existe el riesgo de que nos anclemos en el pasado, nos alejemos de Europa y del resto de los países y confirmemos que España es diferente.

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