Tras la declaratoria de emergencia a nivel global por los graves efectos que causa el zika, no cabe ningún tipo de escándalo. No ayuda en nada. Al contrario, genera malos entendidos y obstaculiza las acciones contra esta epidemia.

Es ahora, en estos acontecimientos, cuando se ponen a prueba los planes de salud pública y a las autoridades que los llevan a la práctica. Pero por el momento, éste es un reto para el continente americano, principalmente por las condiciones climáticas.

Europa, que está terminando el invierno, no tiene las características geográficas que permitan la propagación de vectores y por lo tanto el contagio de este virus.

Pero para el verano, cuando la situación es más proclive a favorecer la llegada del zika, habrán pasado meses y lo más probable es que se habrá avanzado mucho en el tema.

Sin embargo, España sigue registrando casos importados del virus y muy seguramente con los días aumentarán, eso hay que considerarlo como parte de la intensa movilidad geográfica de la población.

Le queda al sistema sanitario español aprovechar la experiencia de los países americanos, aprender y replicar las buenas medidas de prevención y asistencia.

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