Las voluntades anticipadas son una herramienta desconocida para usuarios y profesionales

Ricardo Martínez Platel. Madrid
Las Instrucciones Previas o Documentos de Voluntades Anticipadas constituyen un derecho que se atribuye a los ciudadanos para que puedan expresar su voluntad en relación con los tratamientos de salud que quieren que se les preste cuando carezca de capacidad.

Ana Mª Marcos, experta en Testamento Vital.

Sin embargo, expertos como Ana María Marcos señalan que existe un importante desconocimiento de estos instrumentos. Así, la ley 41/2002 recoge como un derecho del ciudadano el consentimiento informado, por lo que no se puede realizar ninguna injerencia, ni intervención sanitaria en el ámbito de la persona si ésta no da su consentimiento.

En España, la legislación sobre instrucciones previas o voluntades anticipadas lleva doce años vigente, pero tanto los profesionales sanitarios como los pacientes desconocen el modo de uso este instrumento. Según datos de 2014 existen 168.362 documentos registrados a nivel nacional, de los cuales 52.000 se han inscrito en Cataluña, 26.000 en Andalucía, 16.000 en la Comunidad Valenciana y 15.000 en Madrid, siendo las autonomías con mayor aceptación. Una de las razones de estas cifras tan dispares es que en Cataluña se empezó a realizar siete años antes que en Madrid.

Aunque los documentos de manifestación sobre el final de la propia vida no resuelven todos los problemas que se plantean al final de la vida, se convierte en importantes estrategias para potenciar la autonomía del enfermo y el diálogo médico-paciente. Para que sean eficaces se requiere una buena implementación, difusión y pedagogía de los mismos, tanto entre la ciudadanía como entre los equipos sanitarios.