El abogado considera que “existe un problema de educación”



8 mar. 2013 11:39H
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Ricardo Martínez Platel / Imagen: Diego S. Villasante. Madrid
Juan Méjica es un reconocido profesional del mundo del Derecho Sanitario. Doctor, profesor de la Universidad de Oviedo, pertenece al Cuerpo Superior de Letrados de la Administración de la Seguridad Social, ha sido Jefe de los Servicios Jurídicos del antiguo INP de Asturias, y ha publicado numerosos libros en este ámbito. A su vez, es un consagrado artista plástico. Ha realizado importantes exposiciones en España y en Estados Unidos, Países Bajos, Bélgica, Francia, Alemania, Suiza y Ecuador.

Méjica considera que los datos de salud no se protegen lo suficiente.

¿Qué paralelismos encuentra entre el Derecho Sanitario y el arte?
Para mí todo son manifestaciones de la misma unidad. Yo me considero un campesino ilustrado. Soy un heredero de la tradición grecolatina. En alguna medida concilio lo que sería la pragmática y la teoría de los griegos y de los latinos.

En sus obras trata temas de actualidad y quería saber su opinión sobre la Ley de Tasas Judiciales.
Yo soy letrado de la Administración. No ha ninguna duda de que la tutela judicial efectiva conlleva el acercamiento de la justicia a los ciudadanos. Todo lo que sea una carga, contribución o tasas dificulta o va  obstaculizar ese acceso, máxime en los tiempos que corren. Va a impedir que muchos procedimientos no se inicien por un problema económico. Es cierto que examinar cada orden jurisdiccional. Por ejemplo en el orden social, la gente es muy reiterativa a la hora de plantear demandas. Se puede notar más en el ámbito civil. Tampoco puede ser que los juzgados estén colapsados durante años, porque entonces la justicia tampoco es efectiva.

Usted es uno de los grandes expertos sobre Historia Clínica, ¿cree que en España se es lo suficientemente cuidadoso con la protección de datos de la salud?
Los datos de salud probablemente son los más importantes. En España no existe esa cultura, por tanto no hay un trato exquisito con las historias clínicas. No solo es necesario que las normas establezcan prescripciones, sino que es un problema de educación.

¿Considera que los médicos ejercen una medicina defensiva debido a judicialización de la sanidad?
En este punto creo que he sido pionero. Me ha tocado acercar el Derecho al mundo sanitario, como lo ha ocurrido a Ricardo de Lorenzo. La medicina defensiva gira en una órbita que no es la real. Los médicos se guían por un código íntimo. Pero en este sentido nos movemos más en un ámbito especulativo. Los médicos no hacen pruebas para defenderse de una eventual demanda de responsabilidad. Los facultativos saben, que salvo un porcentaje muy pequeño, al que van a demandar es a la Administración, aunque quedan algunos campos de la medicina satisfactiva. Yo creo que los médicos no deben tener miedo.

El abogado asegura que el número de demandas se ha estabilizado.

¿Han aumentado las reclamaciones?
No, se han estabilizado. Se pensaba que iba a ser una secuencia ascendente permanente. Pero creo que desde mediados los años 90 se han estabilizado.

¿La mediación puede ser una alternativa?
En España no tenemos tampoco cultura de la mediación. Ha fracasado y va a fracasar, porque los abogados también necesitan comer. Los juicios aseguran unas minutas y hay muchos intereses creados.

También es autor de un libro sobre la ley de Dependencia dirigido a profesionales sanitarios, ¿cuál es su opinión sobre la aplicación de esta Ley?
En su momento se me contestó, se me cuestionó y se me acusó de muchas cosas. Mi opinión es que fue una ley de escaparate. Es decir, el papel lo aguanta todo. Técnicamente era una ley válida. ¿Cómo es posible que una ley que entra en vigor en 2007 se espere su implantación definitiva para 2014? En una sociedad donde no hubiera problemas presupuestarios, podría ser. Pero pretender desarrollar una ley de esa entidad y esas dimensiones en 7 años a mí me parece que estaba fuera de la realidad. Nada de las previsiones de esta norma se ha cumplido. Creo que entrará en vías de desaceleración absoluta. Irá al ritmo que le marquen las circunstancias.

¿Se habría podido encajar la ley de dependencia en un sistema estatal en lugar de que su aplicación hubiera sido autonómica?
Por un lado está la administración del Estado y al mismo tiempo las comunidades autónomas. No sé si es bueno o malo, pero la realidad jurídica es así. Todo aquello que signifique introducir elementos que en alguna medida lastren el sistema, lo que hacen es pervertir las posibles bondades que tenga la norma. 

¿Cree que es bueno para la práctica clínica que exista cada vez más leyes en el mundo sanitario o por el contrario entorpece la labor?
Una legislación compleja y dispersa obstaculiza. No porque haya más normas es mejor. La sociedad no solo se orienta con leyes, sino con educación. Tal y como está montado el Sistema Nacional de Salud está agotado. No da más de sí. Es un sistema universal hasta que quiebre. No sé cuáles pueden ser las medidas correctoras.

 

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