Identifican qué pacientes son aptos para un implante de la válvula mediante catéter



6 may. 2015 10:07H
SE LEE EN 3 minutos
Redacción. Madrid
La Cardiología española ha vuelto a revolucionar el tratamiento de la estenosis aórtica severa en pacientes octogenarios con la publicación de un nuevo estudio en la revista International Journal of Cardiology. Este trabajo ha estado liderado por la Sección de Cardiología Geriátrica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), el Hospital Gregorio Marañón, la Universidad Europea de Madrid y la Universidad Complutense de Madrid.

Manuel Martínez-Sellés.

Esta patología valvular es la más frecuente en la población anciana: afecta al 5,5 por ciento de la población mayor de 75 años y al 8,1 por ciento de los mayores de 85 años. Existen tres opciones de tratamiento: el más utilizado hasta el momento, la terapia paliativa, que consiste en medicación para mejorar la calidad de vida; la cirugía mediante bypass para el reemplazo de la válvula aórtica; y el implante de la válvula aórtica mediante un catéter (TAVI).

“Ha existido mucha controversia en torno a la elección de la técnica más adecuada para este tipo de pacientes ancianos, dada la alta comorbilidad asociada a estas edades”, apunta Manuel Martínez-Sellés, presidente de la Sección de Cardiología Geriátrica de la SEC y autor principal del trabajo.

Hace unos años, un grupo de cardiólogos españoles, liderados por Martínez-Sellés, realizaron el estudio Pegaso (Pronóstico de la Estenosis Grave Aórtica Sintomática del Octogenario) que, tras analizar a 928 pacientes octogenarios con estenosis aórtica severa, reveló que más de la mitad de estos pacientes eran tratados mediante terapia paliativa cuando podían beneficiarse de TAVI, ya que el estudio también demostró que la supervivencia al año con TAVI era del 75 por ciento mientras que la de los pacientes que recibían el tratamiento conservador era del 25 por ciento.

“Aunque estos resultados fueron muy llamativos, todavía existían dudas sobre cómo podíamos valorar con mayor exactitud el perfil de los pacientes para determinar aquellos que debían recibir TAVI por encima de las otras terapias”, destaca el especialista.

Por ello, se ha realizado un nuevo estudio a partir de los datos de Pegaso que, por primera vez, define el perfil del paciente que no es recomendable que reciba TAVI. Así, mediante el índice Charlson, que valora la presencia de enfermedades asociadas –según 19 ítems que incluyen diabetes, demencia, insuficiencia cardiaca o enfermedad cerebrovascular entre muchos otros–, puede identificarse al paciente con estenosis aórtica severa y alta comorbilidad que sería el único perfil que no podría recibir esta terapia por tener una esperanza de vida de únicamente un año y medio.

Esto supone solo uno de cada seis pacientes con estenosis aórtica severa, “lo que deriva en que cinco de cada seis pacientes sí que puede recibir este tratamiento. La aplicación de este índice para la valoración de pacientes ancianos que deben recibir tratamiento para la estenosis aórtica severa mejorará el conocimiento del pronóstico de la enfermedad, lo que, a su vez, derivará en un aumento de la aplicación de la técnica, de la supervivencia y por lo tanto en una disminución de la discriminación que existe actualmente en el paciente anciano”, concluye el presidente de la Sección de Cardiología Geriátrica de la SEC.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.