Navarra es una de las comunidades autónomas que cuenta con un menor índice de mortalidad por infarto, del 3,5 por ciento frente al 8 por ciento de otras comunidades



10 jun. 2013 12:50H
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Redacción. Pamplona
La gestión del Área Clínica del Corazón en la Comunidad Autónoma de Navarra (ACCN) es considerada como uno de los modelos a seguir en el resto de España, ya que integra en una sola red toda la asistencia cardiológica de la comunidad. Esto hace que Navarra sea una de las comunidades autónomas que cuenta con un menor índice de mortalidad por infarto, del 3,5 por ciento frente al 8 por ciento de otras comunidades. Hace diez años, antes de que se implantara el ACCN, la mortalidad en la comunidad era del 10 por ciento.

De izq. a drcha: Vicente Bertomeu, presidente de la SEC; Marta Vera, consejera de Salud y Román Lezáun, director del ACCN.

La dirección técnica liderada por un cardiólogo, un conocimiento exhaustivo de los protocolos estandarizados para el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares (ECV), la instauración del historial clínico electrónico o la consulta cardiológica no presencial, son algunos de los aspectos que diferencian este modelo de gestión de la mayoría que se llevan a cabo en nuestro país.

Este modelo de gestión, y algunos otros que se siguen en otros centros españoles, se están analizando estos días en el marco del Cardio Academy Meeting 2013, una reunión de expertos organizada por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) gracias a una beca no condicionada de Boehringer Ingelheim.

Los expertos allí reunidos destacan que lo que diferencia la gestión del ACCN del resto de modelos de gestión sanitaria es una estandarización de los procesos en el tratamiento de las ECV (estos protocolos están compartidos tanto por Atención Primaria como por Cardiología). También resaltan la gran apuesta por la informatización de la información médica evitando la duplicación de pruebas y por lo tanto reduciendo costes.

Otra gran iniciativa es la apuesta por crear nuevas formas de atender a los pacientes, como es el caso de la consulta cardiológica no presencial. Es decir, desde su propia consulta, el médico de cabecera podrá conectar con un cardiólogo para que, en el caso de considerarlo necesario, pueda “visitar” al paciente e incluso realizar un electrocardiograma que también recibirá el cardiólogo, lo que le permitirá valorar el riesgo de ese paciente.

 

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