Un decreto regulará las esperas sanitarias máximas desde 2016

Redacción. Oviedo
El presidente del Principado de Asturias, el socialista Javier Fernández, se ha comprometido este viernes con el portavoz de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, a tener en el primer trimestre de 2016 un decreto que regule las esperas sanitarias máximas.

Javier Fernández.

De este modo respondió a una pregunta de Llamazares para conocer qué medidas y plazos baraja el Ejecutivo autonómico para reducir las listas de espera en el ámbito sanitario.

Además, Fernández ha incidido en el trabajo desarrollado por el consejero de Sanidad, Francisco del Busto, para reducir las listas de espera y mejorar la eficiencia del sistema. Al respecto, apunta como propósitos del Gobierno reducir la interinidad y poner en marcha procesos de movilidad voluntaria para personal estatutario; así como mantener los módulos de trabajo vespertino, que atienden una "auténtica necesidad" para muchos ciudadanos; y fomentar la atención en red, como alternativa voluntaria al centro de referencia para agilizar los tiempos. Todo ello, dijo el presidente, en colaboración con profesionales, sindicatos, usuarios y partidos.

"Es un problema y lo es para todos", ha reconocido Javier Fernández, recordando que "toda la sanidad pública tiene un problema con las listas de espera en el conjunto de España, aunque el sistema asturiano sea mejor que la media".

El presidente asturiano ha defendido, asimismo, la necesidad de "inyectar toda la transparencia posible al sistema para mejorar la gestión de las listas de espera".

Por su parte, Gaspar Llamazares ha reconocido que las listas de espera son algo inherente al sistema aunque ha criticado que hayan llegado a los niveles de los últimos tiempos, "porque afectan a los ciudadanos y a la imagen de calidad del sistema".

Igualmente, el portavoz de IU ha instado al Principado a mejorar la transparencia tras meses de "apagón informativo" sobre las listas de espera, y a retomar el gasto público en sanidad con una gestión más eficiente.

Llamazares ha reprochado, finalmente, el "viejo modelo organizativo de la Consejería y el Sespa, que demuestra que no es funcional" por una "gestión continuista".